16 pozos del acuífero de Madrid contienen arsénico por encima de los límites admisibles

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INMACULADA G. MARDONES
Madrid 26 JUN 2000
El agua de más de 16 pozos de abastecimiento de Madrid contiene dosis de arsénico muy superiores a las admitidas por la Organización Mundial de la Salud y directivas europeas sobre agua potable. La Consejería de Salud madrileña ya ha recomendado a urbanizaciones, industrias y establecimientos de servicios que no consuman ese agua para beber. Según el catedrático de Hidrogeología Fernando López-Vera, el arsénico es de origen natural. Es insoluble, y por tanto inocuo, en el acuífero, que llega hasta Extremadura, cuando hay mucha cantidad de agua. Pero al bajar ésta por las excesivas extracciones se hace soluble.

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La detección del arsénico se produjo de una forma casual en los análisis rutinarios que efectúan los inspectores de salud pública de la Comunidad Autónoma de Madrid. Las primeras muestras aparecieron en 1998 en una industria alimentaria del noreste de la capital; 365 microgramos por litro, una dosis siete veces superior al límite de 50 fijado entonces por una directiva europea y la Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos para el agua de beber.La directiva en vigor ha rebajado el límite a 10 microgramos mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no se supere esa cantidad. Seis de cada 10.000 personas que ingieran diariamente dos litros de agua con un contenido de arsénico superior a ese valor corren el riesgo de contraer cáncer, según esta organización.

El caso de Madrid se ha mantenido en la más absoluta discreción para no crear alarma social, pese a descubrirse en una industria alimentaria. Afortunadamente, no utilizaba el agua en el proceso de fabricación. «Que quede claro que cumplían todos los requisitos sanitarios», asegura Francisco de Asís Babín, director general de Salud Pública de la Comunicad.

A raíz del hallazgo, Babín ordenó escanear los 353 pozos registrados en la comunidad madrileña (no figuran todos los existentes). En el primer barrido realizado durante el primer trimestre del año pasado descubrieron que el arsénico era inapreciable en 56 pozos; en 204 los niveles oscilaban entre 1 y 10 microgramos por litro; en 80, el margen fluctuaba entre 10 y 50, y en otros 13 pozos se superan los 50 microgramos. Los contaminados están repartidos por urbanizaciones e industrias de Fuentidueña del Tajo, El Molar, Fuente el Saz, Algete, San Sebastián de los Reyes, Paracuellos, Pinto y Camarma de Esteruelas.

Beber

Dada su dispersión, se descartó que el arsénico procediera de algún vertido industrial. También ordenó recomendar a los usuarios que no utilizaran el agua para beber ni cocinar. ¿Han comprobado si algunos consume aún el agua contaminada? «Entiendo que nuestra labor no es policiaca. Si alguien lo ha hecho, a sabiendas de que no era potable, es cosa suya», contesta Babín.

La mayoría de los pozos constituyen la única fuente de abastecimiento de urbanizaciones levantadas en los años cincuenta y sesenta, lejos de la red del Canal de Isabel II. Son áreas residenciales de renta media y alta con elevado consumo de agua en los meses de verano para mantener verdes sus parcelas ajardinadas. Una de ellas es la de Santo Domingo, situada junto a la carretera N-I. Desde 1998 mantiene un cartel en su entrada adviertiendo no consumir el agua del grifo. Ese aviso fue lo único que trascendió a la opinión pública. No querían que cundiera la alarma.

Según la dirección de Salud Pública autonómica no se han producido casos de envenenamiento ni hay motivos para hacer un estudio epidemiológico. Se limitan a realizar un seguimiento analítico de los pozos en primavera, cuando más agua tienen, y en otoño, cuando están más vacíos. Aún falta por hacer el análisis del próximo otoño. «Tenemos que ver cómo evoluciona el arsénico y en qué medida favorece su concentración cuanso se extraen fuertes caudales y varía el régimen de lluvias», afirma un ejecutivo del departamento que hace el seguimiento del área más afectada. Según Babín, la contaminación afecta sólo al 0,1% de la población autonómica que no se abastece del Canal de Isabel II.

Por lo conocido hasta ahora, el arsénico juega al escondite. Se detectan altas dosis hoy y no deja rastros apreciables la semana próxima, mientras sucede lo contrario a 500 metros de distancia. En la urbanización Ciudalcampo, contigua a Santo Domingo, no aparece, pero sus residentes están inquietos. Analizan las aguas cada 15 días. En Valderrey, al otro lado de la carretera, sólo un pozo está contaminado. Prueba de este laberinto es que en un segundo análisis de los realizados por Salud Pública en Colmenar Viejo, Alcalá de Henares y Batres se detectaron dosis de más de 50 microgramos, inadvertidas en los primeros análisis.